La resolución metropolitana 1371 del 23 de junio de 2022, es una norma que reemplaza las anteriores resoluciones 912 del 19 de mayo de 2017 y la Resolución Metropolitana 002 del 02 de enero de 2019 que la modificó. Las empresas que poseen hornos o calderas, deberán revisar las nuevas obligaciones que esta resolución contiene en busca de una mejor calidad del aire a través de una mayor eficiencia energética.
Entre los requisitos más importantes queremos destacar el direccionado a la toma de conciencia y competencia de los responsables de la operación de los equipos:
- Competencia técnica y adquisición de conciencia de los jefes responsables del proceso de combustión y de los operadores directos de las calderas u hornos. Las instalaciones industriales donde operen procesos de combustión: calderas u hornos, deberán procurar que los responsables sean personas competentes y con adquisición de la conciencia pertinente, para la gestión y control de la operación, mantenimiento, así como, ser responsables también del manejo de los registros de las variables y los parámetros del monitoreo en la bitácora, relacionadas con la operación de las calderas u hornos dentro de una instalación, así como el análisis, evaluación y toma de acciones para la mejora, y de realizar los reportes e informes solicitados en esta resolución.
- Los jefes responsables deberán supervisar, revisar y aprobar datos tomados por otros. Todo lo anterior para la adopción de buenas prácticas ambientales y de operación asociadas al proceso, de tal manera que permitan el reconocimiento de herramientas para la optimización del proceso, tales como verificación, calibración y mantenimiento oportunos, entre otros; para la disminución del consumo de combustible, aumento de eficiencia y por ende la generación de menores emisiones de contaminantes al aire.
- Además deben contribuir con la formación, competencia adquisición de la conciencia pertinente de los operadores directos del proceso de combustión: calderas u hornos dentro de una instalación, cuya labor también debe ser dirigida no sólo a la operación directa del equipo, sino también a contribuir con la adopción de buenas prácticas ambientales y de operación asociadas al proceso, de tal manera que permitan el reconocimiento de herramientas para la optimización del proceso, disminución del consumo de combustible, aumento de eficiencia y por ende la generación de menores emisiones de contaminantes al aire.
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