Esta es una pregunta difícil de resolver porque depende directamente de la línea de referencia o línea base que se esté considerando. Indudablemente cuando se hace una comparación con el entorno latinoamericano, podría decirse que Colombia se encuentra en un nivel medio a bueno en cuanto a la normatividad que ha desarrollado para hacer frente a los riesgos derivados del manejo o uso de los productos químicos peligrosos. Ahora bien, en cuanto a la aplicación de la normativa y el seguimiento en su cumplimiento, todavía falta mucho trabajo por hacer.
En los últimos años Colombia ha venido realizando esfuerzos para gestionar las sustancias químicas mediante las expediciones de políticas, guías y normativa, encaminadas a controlar aspectos ambientales, comerciales, laborales o de salud sobre una sustancia o grupos de sustancias químicas. A pesar de lo anterior, persisten vacíos en la implementación de los procesos de gestión del riesgo para cada una de las etapas del ciclo de vida de las sustancias químicas (CONPES 3868, 2016).
Si se compara el estado actual de la normativa y el nivel de implementación y seguimiento sobre la gestión del riesgo químico con los de los países de la Unión Europea, indudablemente estamos muy por debajo.
Desde el inicio del interés del país por ingresar OCDE, se dio prioridad al establecimiento de un marco sistémico para garantizar que los químicos industriales producidos y utilizados en Colombia se sometan a ensayos y evaluaciones, y que los riesgos se gestionen adecuadamente; sin embargo, todavía hay un atraso en cuanto a la normatividad e implementación de evaluaciones de los riesgos a la seguridad y salud de las personas en los puestos de trabajo.
Se observa un importante interés por mejorar la información y el fortalecimiento de la capacidad para realizar análisis químicos y evaluar los riesgos, pues este será un requisito para poder hacer parte del mercado de químicos en la OCDE, es decir, ya se ha priorizado el desarrollo de la normatividad que dará cumplimiento a los requerimientos comerciales mediante los requisitos mínimos a cumplir para el análisis de productos químicos y la evaluación de estos a la salud y el ambiente.
Queda aún por desarrollar la normatividad relacionada con la evaluación del riesgo químico para la seguridad y la salud de los trabajadores en los puestos de trabajo, pues no solo se debe fortalecer la comunicación de los peligros y riesgos a los trabajadores expuestos, sino también, el establecimiento de métodos y controles que prevengan la afectación a los trabajadores en los puestos de trabajo.